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Hoy ha sido uno de esos días que me gustaría recordar. Mis nietos están de visita aquí en Torrevieja, pasando unos dias con sus abuelos. Son pequeños y requieren de mucha energía, así que antes de que se despierten, he salido temprano como todos los días para dar mi paseo matutino; me encanta la sensación de notar la arena fresquita y juego a esquivar las pequeñas olas cuando se acercan. Sólo tengo que cruzar la calle y sin embargo, ¡es tan agradable la playa a estas horas! Cuando todavía no hay casi gente... A la vuelta he querido dar una sorpresa a mi familia y no me he resistido a comprar unos churros con chocolate recién hechos y llevarles el desayuno. He preparado la mesa de la terraza donde el sol ya hace un ratito que acaricia la estancia. Es mi rincón favorito; Allí puedo pasarme horas sin hacer nada más que contemplar el mar, Una vez hasta divisamos un grupo de delfines que nadaba cerca de la costa. Otro de mis rincones favoritos es justo la parte trasera de la terraza. Estamos en un noveno piso y sobre nosotros ya no hay nadie más, así que al atardecer, en silencio, se pueden ver preciosas puestas de sol cuando se esconde sobre la laguna de La Mata. Hace unos años, cuando decidimos venirnos a vivir definitivamente aquí, renovamos todo el piso y lo hicimos a nuestro gusto, instalando buenas ventanas que nos protegen del calor, con un buen sistema de climatización, y toda la carpintería, la cocina y los baños son nuevos también. Hoy los niños se han divertido muchísimo, han hecho amigos y después de un intenso día de playa y una buena siesta, nos hemos puesto guapos y les hemos llevado a la feria, que está a la vuelta de la esquina. Hay mucho ambiente y los helados de la Plaza son de los mejores que hemos probado. Este es mi día ideal. Las cosas sencillas que me ofrece la vida, y las tengo ahí siempre que quiero. En mi casa. Ahora es momento de que otra familia las disfrute, y ojalá que sean al menos igual de felices que nosotros hemos sido aquí.