descripción

Situada en los márgenes de la pintoresca región de Campos, esta finca se presenta como una auténtica joya. Es una de las propiedades más conocidas de la zona y encarna la rica herencia histórica de Mallorca. A lo largo de los siglos, ha sabido preservar su esencia y sus tradiciones. La arquitectura de la finca combina de manera única la sencillez rústica con el encanto de las grandes casas señoriales, constituyendo así un testimonio auténtico de la historia mallorquina. La casa principal impresiona por sus proporciones clásicas. Cuenta con un plano rectangular de dos plantas y está revestida por una fachada de piedra tradicional, resaltada por detalles arquitectónicos bien conservados. En su interior, inscripciones históricas con fechas y escudos familiares adornan las paredes, mientras que los techos altos con vigas de madera aportan una atmósfera especial a los espacios. El amplio terreno ofrece tierras agrícolas fértiles, ideales para diversas explotaciones agrícolas. Junto a la casa se sitúan viejos establos y almacenes que recuerdan la historia agrícola del lugar. Un elemento destacado es el molino mallorquín tradicional. Además, sistemas de irrigación modernos, incluido un depósito modernizado en los años 50 y un pozo, garantizan un suministro de agua confiable. La infraestructura eléctrica de trifásica garantiza un suministro energético fiable para todas las necesidades, ya sea para actividades agrícolas o para la vida cotidiana. Esta finca es mucho más que una propiedad rural. Es un vivo testimonio de la historia mallorquina, un lugar que ha sabido preservar su identidad a lo largo de las generaciones. Aquí, pasado y presente se unen de manera impactante, creando un espacio de gran valor histórico y con un encanto eterno. #ref:6388