descripción

fue en su día la residencia de dos hermanos de cuatro patas, dos especialistas de la evasión cuya idea de un día perfecto era desaparecer por la mañana y pasar el día oliendo las maravillas del mundo, persiguiendo sombras en los bosques de pinos, subiendo por las laderas de montañas lejanas, corriendo tras conejos invisibles y, cuando el sol estaba a punto de despedirse, reaparecían en la finca, cansados, felices y listos para la cena. Uno se llamaba Dylis y el otro Aldo, así que ahora sabes por qué esta finca única se llama Dyaldo. Es una finca muy de 'exterior-interior', ya que los propietarios son artesanos de la madera y han utilizado madera de olivo y de pino para crear muchos elementos intrigantes; basta con admirar la escalera hecha a partir del tronco de un olivo, las barandillas y vallas construidas con ramas naturalmente curvadas, que dan la sensación de que la propiedad es una continuación del entorno, como una vivienda Hobbit del Señor de los Anillos. Hay varias terrazas sombreadas por originales pérgolas naturales, una terraza en la azotea para despedirse del sol por las tardes y dos torres de madera que se adentran en el bosque, ofreciendo una espectacular plataforma de observación y zona de relajación, donde siempre podrás disfrutar del canto de los pájaros. Estas plataformas también tienen una función práctica, ya que debajo de ellas se encuentra una cisterna con capacidad de 22.000 litros que recolecta agua de lluvia. Un problema importante resuelto. El otro es que hay un sistema solar moderno y autosuficiente que abastece de energía a la casa. En cuanto a los datos concretos de la propiedad, la finca es una propuesta bastante impresionante. Se trata de 113 m² de vivienda en una sola planta, con la excepción de un altillo que funciona como dormitorio, una encantadora cocina y salón de planta abierta, luego 40 m² de porches cubiertos y 45 m² de terraza elevada que se desliza hacia el bosque, más 48 m² de cobertizos de almacenamiento y una cochera cubierta de 28 m². También hay zonas para quienes tienen mano verde, donde plantar verduras, y un gallinero para 'plantar gallinas' (es broma...) y no olvidemos los 45.590 m² de terreno, que te ofrecen suficiente espacio para perseguir al perro con tu quad. Esta tierra es productiva, con 2,2 hectáreas de olivos ecológicos, el resto es bosque y zonas abiertas. La finca es muy accesible, aunque, como puedes imaginar, los últimos dos kilómetros transcurren por un camino rústico y serpenteante que baja, sube y se curva entre antiguos pinares hasta llegar al terreno vallado que es En resumen, una propiedad única esperando a que aparezca el comprador adecuado, alguien que quiera entrelazar su vida con la naturaleza y vivir bajo el cielo estrellado. Y quizás, como tributo a los artistas del escape que una vez vagaron por el campo, ¡adoptar un perro y llamarlo Aldo!