descripción

Por encima de todo en el universo, Villa Buda es diversión. En cuanto cruzas las puertas de hierro forjado, hay tanto por ver y tanto en lo que reflexionar. Está el patio Zen, con ramas de bonsáis que se inclinan sobre la serenidad del Buda y la fuente de agua. Y está la casa en el árbol, 30 m² de pura alegría, completamente equipada para vivir y donde puedes imaginar que eres una abubilla, el colorido pájaro que es universalmente considerado un símbolo de sabiduría y conexión espiritual. Justo al lado, tienes una piscina elevada para chapotear cuando llega el calor de julio. Y hay una increíble yurta de 30 m² que lleva el concepto de glamping a un nuevo nivel de comodidad y romanticismo. Y no olvidemos la casa principal, 143 m² de espacio interior bellamente diseñado y distribuido, lleno de imaginación y toques elegantes. Una vez atraviesas el pequeño vestíbulo con techo a dos aguas, entras en una elegancia colonial, con una encantadora sala de estar que te invita a sentarte y leer algunos capítulos de Guerra y Paz de León Tolstói. La cocina tiene un encanto rústico inigualable, con coloridos mosaicos decorando las paredes, una despensa, y como esta propiedad está llena de entradas y salidas —la permeabilidad es una de sus grandes ventajas—, la cocina da directamente al área de desayuno al aire libre. De hecho, el dormitorio principal, con vestidor y baño en suite, también se abre a la terraza del desayuno. De vuelta a la sala, hay un pequeño pasillo que lleva a otros dos dormitorios espaciosos, con paneles de madera en azul pastel, un baño compartido, y también aquí hay una puerta que nos lleva a los jardines ondulantes de esta propiedad increíble. Hay una terraza elevada con vistas espectaculares a la montaña, un horno de pizza y una barbacoa, escalones que conducen a los jardines inferiores donde hay un estanque con peces desbordado de lirios y una cascada de rocas. En cada rincón de la propiedad, que abarca 7.881 m² de terreno vallado, hay detalles maravillosos. También hay un baño exterior con ducha, que da servicio a la yurta. En esencia, todo ha sido muy bien pensado. La electricidad proviene de energía solar y hay varias cisternas que recogen agua de lluvia (30.000 litros). La propiedad está cerca del pueblo de Camarles, a 7 km, y del popular resort costero de L’Ampolla, con sus numerosas playas, a 13 km. En términos de encanto y diseño, Villa Buda es algo especial y definitivamente merece una visita.