descripción

Entre los paisajes ondulados que dibujan el triángulo natural entre la Garrotxa, el Pla de l’Estany y el Alt Empordà, se alza esta masía catalana del siglo XIX, restaurada con un cuidado exquisito y un profundo respeto por su esencia original. Rodeada de campos de cultivo, bosques y horizontes abiertos, esta finca respira serenidad, autenticidad y una belleza discreta que solo los lugares con alma saben conservar. La propiedad, con unos 390 m² construidos, mantiene intacto el carácter de las antiguas masías catalanas: muros de piedra, techos con vigas de madera y estancias bañadas por la luz natural. Su esencia es sencilla i su atmósfera cálida y acogedora invitandote en cada rincón a disfrutar del ritmo pausado de la vida en el campo. En la planta baja, una cocina-comedor funcional y un amplio salón con chimenea se abren al porche cubierto, un rincón perfecto para las comidas al aire libre y las tardes tranquilas con vistas al jardín. En los pisos superiores, las habitaciones ofrecen privacidad y encanto, todas con baño propio y vistas al entorno rural. En la última planta, una gran sala polivalente, luminosa y abierta, ofrece infinitas posibilidades: un espacio de descanso, una biblioteca o un salón común para compartir momentos con familia o invitados. Esta planta superior alberga un total de 3 habitaciones una de ellas tipo suite. El exterior es, sin duda, uno de los grandes tesoros de esta finca. Una amplia superficie de campo que fluye entre zona de cultivo i zona ajardinada, conduce a una piscina que invita al baño y al descanso durante los meses más cálidos. Más allá, las 4,2 hectáreas de terreno cultivable se extienden ofreciendo un marco ideal para desarrollar un proyecto agrícola, ecológico o turístico, o simplemente para disfrutar del privilegio de vivir rodeado de naturaleza. La propiedad cuenta con calefacción de gas natural, luz y agua de red, y acceso cómodo hasta la finca. Su ubicación, en pleno corazón de este triángulo privilegiado entre la Garrotxa, el Pla de l’Estany y el Alt Empordà, permite disfrutar de la paz del entorno rural sin renunciar a la cercanía de pueblos con encanto, servicios y vías de comunicación. A tan solo veinte minutos de Banyoles, Figueres y Olot, y a menos de una hora de la Costa Brava, esta masía ofrece una combinación perfecta entre naturaleza, historia y comodidad. Más que una casa, esta finca es un refugio con alma. Un lugar donde los días transcurren al ritmo del canto de los pájaros, donde el horizonte se tiñe de colores cada atardecer y donde la esencia de la vida rural catalana sigue viva, esperando a quien desee escribir aquí su próxima historia.